martes, 26 de febrero de 2013

Solidaridad urbana



Animadas en una conversación variada durante una reunión de amigas, comentábamos los viajes y la hospitalidad en ciertos paises que habitualmente tienen el tópico de ser muy individualistas, como por ejemplo EEUU.
María comentó que en Nueva York la solidaridad de los pasajeros impidió que se apearan del bus tres personas que no podían pagar el billete. Me pareció un gesto muy entrañable, entonces vino a mi memoria el relato que me hicieron días atrás de una situación similar pero con final diferente.



Aún y así, no se puede estereotipar a toda una comunidad por un hecho concreto, ya que  entonces  un pequeño incidente ocurrido el pasado mes de enero en un bus urbano nos haría parecer  ante la vista de alguien ajeno  más como auténticos energúmenos que como adorables mediterráneos.

El hecho en cuestión me lo contó una convecina. Charlando con esta señora sobre la amabilidad de los conductores del B80 de Santa Coloma, desde aquí vaya mi felicitación para ellos por su agrado en el trato, me explicaba lo que sucedió en el bus mientras venía para casa. Una señora jubilada subió  en una parada y al meter la trajeta rosa en la máquina para pagar el viaje comenzó a pitarle como caducada. Era principios del mes de enero y estas tarjetas de transporte para pensionistas se tienen que renovar cada año. Por lo visto la señora no lo hizo y el conductor, que no era  tan amable como sus compañeros, paró el vehículo diciendo "paro el autobus hasta que pague o se baje, usted misma". El resto de viajeros, lejos de una respuesta solidaria con la pasajera, también increpaban a la anciana y la invitaban a apearse diciéndole "¡tendrá cara, venga ya, que tengo prisa!", "haberla renovado como hemos hecho los demás", "¡señora, bájese ya que llego tarde!". Finalmente la señora se bajó del bus y este reanudó la marcha.

Gran diferencia con la anécdota de  Estados Unidos que explicó mi amiga. En estos casos es cuando se agradece huir de las generalizaciones y los estereotipos.




miércoles, 13 de febrero de 2013

Cambio de formato




El contenido de este blog se intuye tan variable como  flexible es en su apariencia. En resumidas cuentas, que he cambiado la presentación del blog.

Cuando algo no expresa realmente mi idea sigo buscando. En ocasiones, soy incapaz de describirlo antes de encontrarlo pero sé reconocerlo cuando lo hallo. Una vez conseguido el objetivo sigo la búsqueda  porque "No tengo talentos especiales, pero sí soy profundamente curiosa”, como dijo Albert Einstein. 

Por otro lado, pensar rápido origina cambios, favorece el buen humor y regenera las energías perdidas durante todo el día. Como las ilusiones ópticas en movimiento, la mente humana no cesa su actividad constante.

Esta nueva presentación se acerca más a la interioridad que quiero transmitir. Refleja el carácter mediterraneo y la similitud de la vida con las naranjas, a veces dulce a menudo ácida. La naranja entera (no creo en la media naranja) simboliza nuestro yo más intrínseco nadando en la profundidad de un útero, en nuestra verdadera esencia, mientras una parte de nosotros surge y se enfrenta al exterior.